topbella

viernes, 12 de noviembre de 2021

Sin decir adiós

 
Hoy siento la necesidad de conectar mis sentidos, mi dolor, con la hermosa acción que realizan mis manos al conectarse con mi mente. Hoy quiero gritar al mundo entero, al cielo, al universo hasta que llegue a oídos de mi madre lo mucho que la extraño. Extraño, tu voz, tu sonrisa y evoco esos hermosos momentos que compartíamos en familia, sé que desde el cielo nos observas y que con tus hermosas alas nos cubres y proteges, porque eso eres, en eso te convertiste; en un ángel que vive y amanece diariamente en nuestros corazones. Es allí donde cobras vida, con ese brillo estridente y resplandeciente que calma nuestro dolor. Cómo describir el dolor por la pérdida de una madre, es indescriptible no podría hacerlo, ni mi más sublimes fantasías podrían acercarse a ese dolor tan devastador que muchas personas han sentido y que lamentablemente sentirán. Cada día es inevitable darnos cuenta de todo el amor que por nosotros sentías, y es necesario gritarlo al cielo y al Olimpo lo mucho que te amo, que vives en mi corazón, que vives en cada parte de mi ser, que brotas en cada poro y nos embriagas de ese amor eterno; de ese amor de madre. Nos dejaste y nos sentimos perdidos, han transcurrido casi tres años desde que partiste y aún tratamos de reconstruirnos, aunque a veces pienso que ese día nunca llegará. Solo nos queda el consuelo que descansas en un lugar apacible, hermoso, en el nirvana del Edén. Desde aquella fría madrugada preparabas tus alitas para ascender a lo más alto, me quedo con esas sensaciones que traspasan cualquier lógica humana, pero no importa si es así cómo te puedo sentir un poco más cerca. Es inevitable recordar ese último abrazo, quién iba a imaginar que sería el último, pero que definitivamente fue especial, ese día lo sentí, lo viví; sin embargo, después pude entender y comprender que era tu despedida. Hay tantas cosas que recién entendemos, te despediste y no nos dimos cuenta. Perdón mamita si algunas veces te llamo con tal fuerza, que el eco de mi almohada rompe los cristales del firmamento con mi llanto ahogado de dolor, sé que nuestros corazones se escuchan, perdón por traerte aquí, cuando ya gozas de la paz eterna. Solo que a veces siento la necesidad de despedirme. No hay día que amanezca y no estés en mis pensamientos, te saludo, te hablo, te abrazo con el alma y es lo más reconfortante que puedo hacer por mí para continuar mi día y no derrumbarme. Te confieso que tenía un pánico enorme de que algunos de tus hijos pudieran partir antes que tú, me daba terror, porque te conocemos; por lo tanto sabríamos que hubiese llegado tu hora suprema. Es ir contra la naturaleza, que los padres despidan a sus hijos, no puedo ni siquiera concebirlo; sin embargo, cómo imaginar todo lo que sintió y sigue sintiendo la abu. Desde que partiste no lo ha podido superar y lamentablemente creo que partirá a tu encuentro con esa aflicción. Hoy ya no le tengo miedo a la Catrina, la espero, porque sé que en algún momento me llevará a tu lado. La vida nos jugó una mala jugada, nos faltó tiempo, el destino fue muy cruel; no obstante, hoy puedo decir que así cómo partiste fuiste bendecida y que los tiempos de Dios son perfectos. Nada que reprocharte Señor. Sino agradecerte por tocarme cada mañana al despertar. Cada noche mamita linda, cierro mis ojos pensándote con la ilusión de verte en mis sueños y poder abrazarnos como la última vez, que te fuiste para no volver.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Simplemente Fer

Mi foto
Puedes estar de acuerdo o no con mis escritos, y eso no hará que cambie tu vida. Porque cuando lo leas sólo añadirás más conocimientos. Lo importante es que tú al leerlo te conviertas en tu propio Maestro, ya que eres libre de interpretarlo a tu manera y asimilarlo a tu vida...
 
LESTacna© Diseñado por: Compartidisimo