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sábado, 28 de enero de 2012

Simplemente Fer III


Me encontraba en casa muy confundida no sabía qué hacer, había momentos de arrepentimientos  y otros no. Pensaba en la traición que le había causado a Ale.
Eran dos personas  distintas pero a la vez  maravillosas, así transcurrió una semana, Sandra me buscaba y esta vez era yo, la que no estaba para ella.
Hacía lo mismo con Ale, claro que fui muy injusta con ella porque no le di explicación alguna. El reencuentro con  Sandra descuadró todos mis esquemas,  mi vida que ya estaba planificada fue entonces que comprendí que debía darle una explicación a Ale.
¿Aló, Ale? –Fer mi amor que sucede– ¿Estás molesta conmigo? ¿Qué hice? -¿Podemos vernos en el bar de siempre? -¡Claro! Ok. La tenía frente a mí  y me sentí tan mal por traicionarla, he vuelto  a ver  a Sandra (ella  sabía quien era  y lo que había significado en mi vida) – ¿La sigues amando? – Las  dos quedamos en silencio, se me partía el alma ver  por sus mejillas  recorrer sus lágrimas, la estaba destrozando, podía ver que lentamente  su corazón se iba apagando, traté de explicarle, ser sincera  con ella, –creo que más daño le haría engañándola– Ale salió despavorida, perturbada sin rumbo. Era lunes por la noche, llegaba a casa y encuentro a Sandra en las gradas.

¿Qué haces aquí? – es la única manera de hablar  contigo ya que no respondes  mis llamadas. Hablamos  y le reproché su abandono, sufrí mucho cuando me dejaste, tengo pareja, tengo mi vida hecha aquí, y vienes  a romper  mis planes, ¡Con qué derecho! ¡Con el derecho que me da amarte! porque te amo Fer  nunca dejé de hacerlo, comprendí que eres la razón de mi vida, que sin ti la vida no tiene sentido.

– ¡Mírame! –  ¿La amas, acaso me has olvidado? Salí a caminar tratando de ordenar  mi vida. Pasaron los días y decidí ir a buscar  a Sandra para contarle mi decisión.
(Creo que a Sandra y Ale  las amaba,  aunque de diferente manera, pero las amaba, aunque me di cuenta muy tarde).
Traté de hablar con Ale pero ella no quería  saber nada de mí y la entendía.
Cierto día fui a buscar a Bryan para que me dé información  de Ale, ya que este era nuestro amigo, él me contó  que ella sufría mucho, que para aliviar sus dolores   bebía y que se había convertido en una asidua concurrente de su local.

La mayoría de nuestros amigos me dio la espalda, me hacían sentir peor de lo que me encontraba. –Pero los entiendo, cómo no apoyar aquel angelito  y odiar aquella que le hacía tanto daño– Ya había transcurrido  un mes que no veía a Ale, a veces iba a los lugares de siempre  con la ilusión  de verla a escondidas, al fin y al cabo verla, la extrañaba y mucho, créanme...

Me encontraba durmiendo;  Ringgggggg, ringgggggggg ¡Aló Fer! Bryan no pienso ir a esa fiesta. –Fer Ale, Ale tuvo un accidente en su auto  y se la llevaron a la clínica. Me vestí raudamente y fui a su encuentro, no podía creer que se había accidentado. Ingresé a su habitación  a pesar  de los  murmullos  y miradas acusadoras, porque para ellos  yo era la única culpable.

Estaba inconsciente, sentía mucho dolor al verla tan indefensa sobre esa cama y con esos aparatos que hacían esos ruidos insoportables (que hasta ahora lo relaciono con Ale) al verla así la tomé de la mano y le di un beso, también la amaba, aunque muchos no lo entiendan.

Esos días olvidé completamente  a Sandra y me reprochó por eso, fue allí donde se dio cuenta lo importante que Ale era para mí, y sólo atinó a callar.

Iba todos los días  a la clínica con la ilusión de encontrar mejoría en ella, una noche decidí quedarme a cuidarla (sin imaginar que esa, sería la última noche de su vida y tuve el honor de estar a su  lado, quizá por que ella así lo quiso).

Esa noche me pidió que la besara, no dudé en hacerlo porque lo sentía así, y no porque ella me lo haya pedido, recuerdo que hablaba susurrando por lo débil que se encontraba y me pidió que me recueste a su  lado, por supuesto que así lo hice, la tomé de la mano y no dejé de besar su frente.

En un momento sentí que Ale presionó mi mano y casi sin poder hablar dijo: TE AMO FER (fue su última palabra). La besé y aquel beso fue como antes, como si ella no estuviese en sus últimos momentos de vida, fue muy fuerte al lograr sobreponerse sólo para nuestro beso. Al amanecer la quise despertar, ella  estaba muy fría, Ale había dejado este mundo.

¡No me dejes! ¡No me dejes! repetía, sin recordar que era yo, quien la dejó primero, que fui yo quien destruyó su vida....quien la mató.
Han pasado tres años... y nunca te voy a olvidar, todos los días platico con ella, siento que ella me escucha, ella está VIVA, viva en mi corazón.
Ale  sé que estas en una mejor vida, que eres mi ángel de la Guarda, si alguno de tus familiares o amigos lee esto, perdónenme  por destruir tu vida, pero déjenme decirles  que la  AMÉ a mi manera, aunque no fue la mejor, pero la AMÉ.
Si pudiera retroceder el tiempo y  corregir mis errores... aunque ya es tarde de nada sirve las lamentaciones.
Espero que no me juzguen con crudeza. Al que me crea culpable les pido PERDÓN. Desde entonces han pasado años y hoy llevo un año de convivencia con Sandra, hasta ahora nos va bien, ella me ama, sólo espero no destruir su vida como lo hice con Ale.
Sandra sabe todo lo que marcó la desaparición de Ale, me entiende y apoya en todo. Hasta ahora vamos a terapia y poco a poco estoy superando todo y trato de ser feliz.
Aunque  no estés  físicamente con nosotros vivirás eternamente en nuestros corazones.

TE AMA FER.

Simplemente Fer

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Puedes estar de acuerdo o no con mis escritos, y eso no hará que cambie tu vida. Porque cuando lo leas sólo añadirás más conocimientos. Lo importante es que tú al leerlo te conviertas en tu propio Maestro, ya que eres libre de interpretarlo a tu manera y asimilarlo a tu vida...
 
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