Me encontraba en casa muy confundida no sabía qué hacer, había momentos de arrepentimientos y otros no. Pensaba en la traición que le había causado a Ale.
Eran dos personas distintas pero a la vez maravillosas, así transcurrió una semana, Sandra me buscaba y esta vez era yo, la que no estaba para ella.
Hacía lo mismo con Ale, claro que fui muy injusta con ella porque no le di explicación alguna. El reencuentro con Sandra descuadró todos mis esquemas, mi vida que ya estaba planificada fue entonces que comprendí que debía darle una explicación a Ale.
¿Aló, Ale? –Fer mi amor que sucede– ¿Estás molesta conmigo? ¿Qué hice? -¿Podemos vernos en el bar de siempre? -¡Claro! Ok. La tenía frente a mí y me sentí tan mal por traicionarla, he vuelto a ver a Sandra (ella sabía quien era y lo que había significado en mi vida) – ¿La sigues amando? – Las dos quedamos en silencio, se me partía el alma ver por sus mejillas recorrer sus lágrimas, la estaba destrozando, podía ver que lentamente su corazón se iba apagando, traté de explicarle, ser sincera con ella, –creo que más daño le haría engañándola– Ale salió despavorida, perturbada sin rumbo. Era lunes por la noche, llegaba a casa y encuentro a Sandra en las gradas.
¿Qué haces aquí? – es la única manera de hablar contigo ya que no respondes mis llamadas. Hablamos y le reproché su abandono, sufrí mucho cuando me dejaste, tengo pareja, tengo mi vida hecha aquí, y vienes a romper mis planes, ¡Con qué derecho! ¡Con el derecho que me da amarte! porque te amo Fer nunca dejé de hacerlo, comprendí que eres la razón de mi vida, que sin ti la vida no tiene sentido.
– ¡Mírame! – ¿La amas, acaso me has olvidado? Salí a caminar tratando de ordenar mi vida. Pasaron los días y decidí ir a buscar a Sandra para contarle mi decisión.
(Creo que a Sandra y Ale las amaba, aunque de diferente manera, pero las amaba, aunque me di cuenta muy tarde).
Traté de hablar con Ale pero ella no quería saber nada de mí y la entendía.
Cierto día fui a buscar a Bryan para que me dé información de Ale, ya que este era nuestro amigo, él me contó que ella sufría mucho, que para aliviar sus dolores bebía y que se había convertido en una asidua concurrente de su local.
La mayoría de nuestros amigos me dio la espalda, me hacían sentir peor de lo que me encontraba. –Pero los entiendo, cómo no apoyar aquel angelito y odiar aquella que le hacía tanto daño– Ya había transcurrido un mes que no veía a Ale, a veces iba a los lugares de siempre con la ilusión de verla a escondidas, al fin y al cabo verla, la extrañaba y mucho, créanme...
Me encontraba durmiendo; Ringgggggg, ringgggggggg ¡Aló Fer! Bryan no pienso ir a esa fiesta. –Fer Ale, Ale tuvo un accidente en su auto y se la llevaron a la clínica. Me vestí raudamente y fui a su encuentro, no podía creer que se había accidentado. Ingresé a su habitación a pesar de los murmullos y miradas acusadoras, porque para ellos yo era la única culpable.
Estaba inconsciente, sentía mucho dolor al verla tan indefensa sobre esa cama y con esos aparatos que hacían esos ruidos insoportables (que hasta ahora lo relaciono con Ale) al verla así la tomé de la mano y le di un beso, también la amaba, aunque muchos no lo entiendan.
Esos días olvidé completamente a Sandra y me reprochó por eso, fue allí donde se dio cuenta lo importante que Ale era para mí, y sólo atinó a callar.
Iba todos los días a la clínica con la ilusión de encontrar mejoría en ella, una noche decidí quedarme a cuidarla (sin imaginar que esa, sería la última noche de su vida y tuve el honor de estar a su lado, quizá por que ella así lo quiso).
Esa noche me pidió que la besara, no dudé en hacerlo porque lo sentía así, y no porque ella me lo haya pedido, recuerdo que hablaba susurrando por lo débil que se encontraba y me pidió que me recueste a su lado, por supuesto que así lo hice, la tomé de la mano y no dejé de besar su frente.
En un momento sentí que Ale presionó mi mano y casi sin poder hablar dijo: TE AMO FER (fue su última palabra). La besé y aquel beso fue como antes, como si ella no estuviese en sus últimos momentos de vida, fue muy fuerte al lograr sobreponerse sólo para nuestro beso. Al amanecer la quise despertar, ella estaba muy fría, Ale había dejado este mundo.
¡No me dejes! ¡No me dejes! repetía, sin recordar que era yo, quien la dejó primero, que fui yo quien destruyó su vida....quien la mató.
Han pasado tres años... y nunca te voy a olvidar, todos los días platico con ella, siento que ella me escucha, ella está VIVA, viva en mi corazón.
Ale sé que estas en una mejor vida, que eres mi ángel de la Guarda , si alguno de tus familiares o amigos lee esto, perdónenme por destruir tu vida, pero déjenme decirles que la AMÉ a mi manera, aunque no fue la mejor, pero la AMÉ.
Si pudiera retroceder el tiempo y corregir mis errores... aunque ya es tarde de nada sirve las lamentaciones.
Espero que no me juzguen con crudeza. Al que me crea culpable les pido PERDÓN. Desde entonces han pasado años y hoy llevo un año de convivencia con Sandra, hasta ahora nos va bien, ella me ama, sólo espero no destruir su vida como lo hice con Ale.
Sandra sabe todo lo que marcó la desaparición de Ale, me entiende y apoya en todo. Hasta ahora vamos a terapia y poco a poco estoy superando todo y trato de ser feliz.
Aunque no estés físicamente con nosotros vivirás eternamente en nuestros corazones.
TE AMA FER.