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jueves, 4 de agosto de 2011

Placer sexual

 
Una artista, una prostituta y una lesbiana coinciden en un solo activismo: promover el placer sexual en todos los sentidos a través de los sentidos. Al final, ningún prejuicio y tabú quedan en pie. “Esta es una vulva, el portal de inicio del goce. Y este es el capuchón que cubre el clítoris. Esto que ven aquí son los labios mayores, ya engrosados y listos para ser acariciados con los dedos o la lengua, y estos son los labios menores, un poco abiertos y lubricados. Ahora sigue el turno del clítoris, un órgano amplio, delicado, sensible, con millones de terminaciones nerviosas. El clítoris es el punto máximo del goce de una mujer, así sea la más tímida o conservadora del mundo”.
Las mujeres somos invisibilizadas todo el tiempo: vivimos dentro de una estructura social machista que le ha dicho a las mujeres cómo deben ser, cómo deben comportarse y cómo deben sentir su propio cuerpo, ni siquiera acostumbran a hablar de la vulva: la llaman de mil formas distintas, todos eufemismos o apelativos infantiles que minimizan su importancia y potencial de placer. La idea es que la gente se acerque, la toque, se refriegue contra ella y aprenda a sentirla un poco más, hay muchas chicas que nunca han visto sus vulvas, que nunca se han puesto un espejo frente a ellas o que creen que sus vulvas no son bonitas, cuando en realidad todas las vulvas del mundo son distintas, nunca simétricas: cada una tiene su gusto.
Su intención es descubrir ante hombres y mujeres las maravillas de lo que se oculta entre las piernas femeninas; por ejemplo, que en el vasto mundo de nuestra vulva, nosotras conocemos distintos tipos de orgasmos: placer clitorial, placer vaginal y placer en el punto G. Los hombres solo conocen uno y es por ello que somos ampliamente privilegiadas.
O que el Punto G rara vez se puede tocar con el pene a menos que se utilicen posiciones poco tradicionales: es más fácil sentirlo con los dedos o la lengua o que las mujeres somos capaces de llegar al orgasmo sólo a partir de caricias.
Y de eso se trata: de conocer nuestro cuerpo para aprender a sentir placer sin prohibiciones.
En el Placer sexual no hay censuras porque deseemos llevar todo al límite: por el contrario, pretendemos generar límites mucho más amplios. Y es que en el sexo las mujeres no pensamos tanto en el pene como sí en la lengua y las caricias con los dedos. Si el pene fuera lo máximo y creyéramos que es irreemplazable, no existiríamos las lesbianas.

Simplemente Fer

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Puedes estar de acuerdo o no con mis escritos, y eso no hará que cambie tu vida. Porque cuando lo leas sólo añadirás más conocimientos. Lo importante es que tú al leerlo te conviertas en tu propio Maestro, ya que eres libre de interpretarlo a tu manera y asimilarlo a tu vida...
 
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